La constante innovación tecnológica está
cambiando los modelos que anteriormente definían las dinámicas de interacción y
comunicación. Las nuevas redes sociales han revolucionado la manera de
interactuar en el ámbito personal, profesional, comercial, cultural y educativo,
demostrando que la interacción social es una herramienta atractiva, útil y
valiosa para el ser humano. Por otro lado el desarrollo continuo de las Tecnologías de Información
y Comunicación modifican el manejo y construcción del conocimiento, facilitando
cantidades inimaginables de información que están al alcance de cualquiera a
través de un enlace o link.
El ámbito educativo ha sentido el
impacto de la tendencia de la ubicuidad de las tecnologías y esta redefiniendo
nuevos paradigmas pedagógicos en nuestra cultura. La evolución de la tecnología
digital ha ampliado su ámbito de acción, alcanzando el área educativa, modificando
el quehacer pedagógico en todos sus aspectos, desde la organización administrativa,
modelos pedagógicos centrados en el estudiante, actualización de contenidos académicos,
incorporación de herramientas tecnológicas, mejoras en la comunicación e interacción
entre todos los sujetos implicados en el proceso educativo, entre muchas otras.
Ahora las instituciones educativas y los docentes realizan un esfuerzo especial
en el diseño de cursos y actividades pedagógicas para incluir las nuevas herramientas
tecnológicas al tener “la tarea social de cumplir con la función de transmisión
de la herencia cultural” (Heredia y Romero, 2007).
Este proceso
cultural invita a un análisis de las actividades pedagógicas mediadas por la tecnología
desde una perspectiva que contemple las nuevas reglas de interacción y comunicación
que ofrece la tecnología, el paradigma idóneo para integrar estos elementos es
el Paradigma Sociocultural.
Vygotsky propuso que en el Paradigma Sociocultural el aprendizaje es un producto de participación social vinculado
al uso de herramientas culturales, particularmente el lenguaje, el instrumento
mediador por excelencia; afirma también que las funciones psicológicas
superiores surgen en el ámbito social y posteriormente se interiorizan en
pensamientos (Fernández, 2009). La responsabilidad
del docente consiste en poner al alumno en contacto con herramientas
culturales, darle la oportunidad de dominarlas a través de la interacción y el
andamiaje que surge en la Zona de Desarrollo Próximo o Intermental, y construir
nuevos conocimientos. Desde esta perspectiva, el desarrollo es la capacidad de
utilizar los instrumentos que ofrece la cultura y es inseparable de la
dirección que ofrecen los más capaces y
de sus valores (Lacasa, 2002).
El Paradigma Sociocultural puede
elevar el potencial de las actividades pedagógicas mediadas por la tecnología
digital. Al incorporar la tecnología en la educación, el maestro amplia el
repertorio de herramientas culturales que puede poner al alcance del alumno, tales
como la computadora, los programas, interacción en diversas medios, diferentes
contextos de actividades, herramientas que le permitirán al alumno apropiarse
de contenidos curriculares y negociar conceptos a través de la interacción.
Tratándose del
diseño de las actividades pedagógicas, el docente debe considerar primero la mediación
de las herramientas tecnológicas, debe conocer las herramientas y
las posibilidades de mediación que ofrecen para incluirlas en la planeación de
actividades pedagógicas.
En segundo
lugar debe proporcionar un espacio para la interacción y la negociación de
significados, donde el alumno pueda expresarse libremente, la interacción puede
ser entre el alumno y la herramienta, entre alumnos y entre alumno y maestra. En
este momento es importante determinar un espacio para la reflexión e interiorización
del aprendizaje. La organización de trabajos en equipo es una buena opción para
fomentar estos momentos de interacción.
La figura del andamiaje
toma especial importancia en esta fase, de acuerdo con Daniels (2003) el andamiaje
es la creación de un contexto pedagógico donde un esfuerzo combinado produce un resultado
exitoso. En actividades educativas
mediadas por la tecnología el profesor puede organizar grupos con diferentes
niveles de dominio, para fortalecer este andamiaje.
El maestro
puede enriquecer su práctica pedagógica con una variedad de actividades, para
despertar el interés del alumno, siempre incorporando intervenciones para
interactuar y construir conocimientos.
El diseño
de actividades educativas debe incluir la evaluación de las mismas, el Paradigma Sociocultural puede apoyar la evaluación de diversas maneras. Las
herramientas tecnológicas usadas en la educación son muy variadas, tratándose de
programas educativos en la computadora, se pueden configurar para que el mismo
programa realice una retroalimentación inmediata al alumno, utilizando una
variedad de recursos, mensajes escritos, sonidos, imágenes, animaciones que
feliciten o indiquen un error. El alumno al momento de interactuar con la
herramienta recibirá su evaluación, mientras el profesor puede revisar el desempeño
del alumno durante la interacción y posteriormente, revisar los datos que arroje el programa, existen
programas donde el maestro puede recibir un reporte del desempeño del alumno.
Finalmente, en
el ámbito institucional, la innovación tecnología representa retos educativos y
administrativos para las instituciones, este aspecto es vital debido a que la administración correcta de la tecnología
repercute en el éxito de la innovación (Alanis, 2010).
La institución
educativa establece políticas que respaldan y estructuran la organización y regulan
todas las actividades que en ella se desarrollan. En ellas se debe establecer
la intención de incorporar la tecnología en el proceso educativo y todas las actividades
encaminadas a cumplir ese propósito, como el costo de inversión, el proceso de implementación
y administración de tecnología, la capacitación de personal docente, el tipo de
comunicación con docentes y padres de familia, entre otros.
El modelo
educativo de la institución servirá como eje rector para mantener las
actividades dirigidas hacia el mismo objetivo educativo, el modelo centrado en
el alumno puede integrar las herramientas tecnológicas para favorecer el
desarrollo de competencias y construcción de nuevos saberes considerando en todo momento las necesidades y características del alumno..
La institución
puede fomentar el uso de tecnología en los cursos ofreciendo capacitación a los
docentes en el diseño, desarrollo y uso de materiales educativos mediados por
la tecnología, además de la capacitación la institución debe señalar la
libertad con la cuenta el docente para realizar innovaciones en sus cursos
fomentando la interacción guiada o libre y en consecuencia propiciando la negociación
de significados y la construcción de aprendizajes.
La riqueza del
paradigma sociocultural radica en la interacción y el andamiaje que el docente
puede ofrecer y propiciar en todas las actividades educativas, las nuevas herramientas
tecnológicas aportan variedad y dinamismo al proceso educativo y amplían la
herramientas que el docente puede utilizar para lograr los objetivos educativos.
Referencias
Alanís, M. (2010).
Gestión de la introducción de la innovación tecnológica en educación. En V.
Burgos Aguilar, & A. Lozano Rodríguez, Tecnología educativa y redes de
aprendizaje de colaboración (págs. 37-48). México: Trillas.
Daniels, H. (2003). Vygotsky
y la Pedagogía. Barcelona: Paidós. Recuperado marzo, 15, 2012, de http://ftp.ruv.itesm.mx/apoyos/logistica/posgrado/sp/ene11/ege/ed5058/8449314003_pp139.pdf
Fernández, J. (2009). Las
tecnologías de la información y la comunicación desde la perspectiva de la
psicología de la educación. (J. Arévalo Zamudio, & G. Rodríguez Blanco,
Edits.) México, Distrito Federal, México: Secretaría de Educación Pública/Dirección
General de Materiales Educativos.
Heredia, Y. y Romero, M. (2007). Un
nuevo modelo educativo centrado en la persona: compromisos y realidades. En A.
Lozano Rodríguez, & J. V. Burgos Aguilar, Tecnología Educativa en un
Modelo de Educación a Distancia Centrado en la Persona (págs. 53-75).
México: Limusa.
Lacasa, P. (2002). Cultura y Desarrollo. En P. Herranz Ibarra, & P. Sierra García, Cultura y Desarrollo (págs. 17-50). Madrid: UNED.



